Fueron los dibujantes Carlos Pacheco y Rafael Marín quienes prendieron la mecha por la que Carlos Giménez, una de las figuras más renombradas del panorama del cómic español, tuvo la posibilidad de hacerse en 2009 con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Los aficionados al mundo del tebeo vivieron unas emocionantes semanas: ¿conseguiría por fin la novela gráfica ser considerada arte?

No es ni por asomo fácil narrar una de las partes más crudas de la historia de España y, quizás por ello, Carlos Giménez logró convertir una parte de su vida en obra de arte con Paracuellos. En su cómic más importante, el viñetista relata su infancia en el Auxilio Social durante la España de posguerra con una densidad emotiva verdaderamente pasmosa. Pero Giménez no se queda ahí. Aparte de otras grandes obras como Los Profesionales, 36-39: Malos Tiempos o España Una, Grande, Libre, todas de enorme trasfondo social, Giménez también se ha atrevido a adaptar cuentos de varios autores, realizar storyboards y tocar cuantos temas se le han antojado. Nada es lo suficientemente difícil.

Será en enero de 2009 cuando los dibujantes Rafael Marín y Carlos Pacheco pregonen su Plataforma Pro-Príncipe de Asturias para Carlos Giménez. Muy pronto lo que se creía una idea remota comenzó a contar con el apoyo de importantes personalidades de la cultura. Entre ellos estaban Francisco González Ledesma, Manuel Rivas, Álex de la Iglesia, Santiago Segura… y así hasta llegar a los 100. También se unieron a la causa las universidades de Cádiz, Málaga, Jaén, Sevilla, Córdoba e incluso la Autónoma de Madrid y las organizaciones del Expocómic, La Semana Negra de Gijón y El Salón del Cómic de Madrid, quienes crearon una plataforma de apoyo en redes sociales como Facebook.

Finalmente el 13 de abril Carlos Giménez se convertía oficialmente en el primer dibujante de cómic candidato al Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Para refrendar la iniciativa el Ayuntamiento de Madrid cedió el Pabellón de Las Naves del Español, en el Matadero de Madrid –lugar escogido expresamente porque el nominado nació en el barrio de Embajadores-, para celebrar la presentación oficial de la candidatura. La ceremonia, presentada por Carlos Pacheco, Alfonso Mateo Sagasta, Emilio Gonzalo y Cristina Macía, contó también con un saludo de apoyo grabado de Santiago Segura, quien, por dar Príncipes de Asturias a Giménez, “se los daría todos”. Sería el 20 de mayo de 2009 cuando el jurado diera el veredicto: ¿estaba España lista para aceptar que el cómic es una forma de arte?

Llegó el día y parece ser que la respuesta es un rotundo no. El escogido por la Fundación Príncipe de Asturias finalmente fue Norman Foster, un reputado arquitecto británico, por su «original dominio del espacio, la luz y la materia». El tercer arquitecto con un Príncipe de Asturias desde el año 1981 frente a la novela gráfica, continuamente excluida del mundo de la cultura y relegada a un continuo segundo plano. Mientras tanto, y hasta que se haga la luz en el mundo del cómic, sólo queda reivindicar que “los tebeos son cultura. Y cultura grande”.